Ante un conflicto podemos adoptar diferentes actitudes o, dicho de otro modo, podemos tener diferentes estilos de afrontar un conflicto. Conocerlos nos permite conocer mejor a las personas y a nosotros mismos, además, nos puede ayudar a entender como ha evolucionado un conflicto y el papel que han tomado las partes en él.
En la literatura sobre conflictos se identifican cinco estilos de afrontamiento según:
- el grado de compromiso con los intereses (o asertividad), es decir el grado en que la persona intenta satisfacer sus propias preocupaciones; y
- el grado de compromiso con las relaciones (o cooperatividad), es decir el grado en que la persona intenta satisfacer las preocupaciones de la otra persona.
Esto corresponde al instrumento desarrollado por Thomas y Kilmann, destinado a medir las respuestas de los individuos en situación de conflicto. El instrumento consiste en treinta pares de afirmaciones de las que se debe elegir una. A partir de estas, se sitúan en los siguientes estilos:
- Competición-confrontación → Se cree que una de las partes tiene la razón y que están determinados a ganar. Se da más importancia a los propios intereses y objetivos, que a la relación o a intentar cooperar. Se identifica con la aproximación a los conflictos «ganar-perder» (win-lose).
- Evitación → el nombre lo dice todo. Hay poca preocupación tanto por la relación como por los intereses. Puede darse o bien porque se entiende que no vale la pena manejar el conflicto por su alto coste, o bien hay una negación del problema.
- Acomodación → se da mucha importancia a la relación (por ejemplo por construirla o reforzarla) y poca a los resultados. A veces se dice que es otra forma de evitar los conflictos.
- Compromiso → uno no deja de preocuparse por los propios intereses pero considera también los de la otra parte. Normalmente el problema se concibe como el esfuerzo de llegar al punto medio entre las dos posturas, es decir, que para llegar a una solución es necesario que cada uno ceda un poco hasta llegar a un punto medio.
- Colaboración → se da importancia tanto al resultado como a la relación. Las partes intentan conseguir el mejor resultado posible, manteniendo o fortaleciendo simultáneamente su relación. Se ve el conflicto como una parte natural de las relaciones humanas y la preocupación se centra en encontrar una solución satisfactoria para las partes. Requiere de un alto grado de confianza. Se identifica con la aproximación a los conflictos «ganar-ganar» (win-win).
Si os interesa el tema, podéis profundizar un poco más con el siguiente vídeo (en inglés):
Y vosotros, ¿qué actitud tenéis ante el conflicto? Para saberlo podéis realizar este cuestionario (en inglés).1