A lo largo de la semana usamos diferentes tipos de comunicación, aunque tenemos un estilo predominante. Vamos a ver qué tipos de comunicación hay y cómo podemos usarlos según más convenga en situaciones de conflicto.
La comunicación es la forma que tenemos de compartir información. Para que funcione tenemos diferentes herramientas, principalmente: lenguaje, escucha y lenguaje no verbal. Luego tenemos diferentes medios o canales para transmitir esta información: oralmente, escrito, llamada, videollamada.
Por lo tanto, a la hora de gestionar un conflicto la comunicación con la otra persona será nuestro principal recurso para encontrar soluciones. Según qué estilo de comunicación adoptemos, obtendremos diferentes resultados en un conflicto. (La comunicación con uno/a mismo/a también tiene un papel importante, pero el diálogo interno lo dejamos para otro día.)
Comunicación agresiva
Consiste en expresar ideas, emociones y/o necesidades a costa de las otras personas, ignorando sus derechos o necesidades con tal de sostener los propios. Es decir, el foco está en uno/a mismo/a. Por lo tanto, cuando usamos esta comunicación habitualmente herimos o agredimos verbalmente a la otra persona, porque nos ponemos a la defensiva o mostramos hostilidad.
- Nos puede ayudar a cubrir nuestros intereses de forma rápida, pero probablemente perjudicará las relaciones saludables y sostenibles.
- Comunicación no verbal: cruzarse de brazos, poner los ojos en blanco, señalar, hacer movimientos rápidos.
- Se asocia con un estilo de afrontamiento de conflictos competitivo.
Comunicación pasiva
Consiste en no expresar las ideas, emociones o necesidades propias. Ignorándolas y permitiendo que los demás también lo hagan. Se deja que el resto tome las decisiones con tal de evitar la tensión o el conflicto.
- Este estilo puede ser una opción más segura cuando hay posibilidades de que el problema empeore o que el conflicto escale en violencia. Teniendo en cuenta que puede llevar a malentendidos, rabia acumulada o resentimiento.
- Comunicación no verbal: falta de contacto visual, bajar la mirada, encogerse.
- Se asocia con un estilo de afrontamiento de conflictos evitativo o adaptativo.
Comunicación pasivo-agresiva
Consiste en comunicar de forma pasiva pero des de la rabia. Para intentar controlar las acciones del resto se utilizan recursos como el sarcasmo o la ironía, es decir una comunicación más indirecta, o bien se evita la conversación.
- Se consideran los derechos necesidades y sentimientos de los demás de forma limitada. Su uso probablemente perjudicará las relaciones saludables.
- Comunicación no verbal: tonos sarcásticos e irónicos, “tratamiento del silencio” (no dirigir la palabra, no mirar, dar la espalda)
- Se puede asociar con un estilo de afrontamiento de conflictos competitivo o evitativo.
Comunicación asertiva
Consiste en comunicar ideas, pensamientos y emociones de forma directa y honesta, al mismo tiempo que se respetan los de las otras personas. Como es directa, a veces se puede confundir con la agresiva. La diferenciamos de esta porque en comunicación asertiva se usan frases como “Me siento…”, hay escucha activa y la comunicación no verbal es diferente a la agresiva.
- Favorece la construcción de relaciones saludables. Pero puede no ser efectiva cuando se trata con personas que amenazan tu seguridad personal o cuando el conflicto ya ha escalado excesivamente.
- Comunicación no verbal: contacto visual, postura neutra, gestos más bien relajados.
- Se puede asociar con un estilo de afrontamiento de conflictos colaborativo o comprometido.
Los estilos que nos salen de forma más automática desde que somos pequeños son el pasivo y el agresivo, asociados a las formas de afrontamiento “preprogramadas” en nuestro cerebro: el ataque y la huida. Pero la comunicación asertiva nos lleva a conseguir nuestros objetivos a largo plazo en un mayor número de ocasiones.
¿Con qué estilo te identificas más?